John Roshan Seedoyal

Dear Tío John.
As we sorrow your departure we leave you in the hands of our most glorious God. Moments we lived with you will forever be cherished in our hearts, we commend your soul to our Almighty. Thank you for taking my sister and I as your own when we first arrived to Australia, we’ll miss you always and we’ll meet you again on the other side. May your soul rest in peace. Tia Nancy, que nuestro Señor los bendiga y consuele a los tres durante este tiempo de dolor.

Querido Tío Jhon,

Mi familia y yo lamentamos profundamente tu partida en este momento tan dicotómico, en el que, mientras celebramos la llegada de un nuevo año, al mismo tiempo nos invade la tristeza por tu partida. Quiero aprovechar esta oportunidad para agradecerte de corazón por todos los buenos recuerdos que me dejaste. A los 14 años, cuando te conocí, pude disfrutar de tu sentido del humor, algo que difícilmente podría olvidar.

Es curioso cómo algunas personas dejan una huella tan profunda en nuestra vida, aunque su presencia en ella haya sido breve. A pesar de que nuestro tiempo juntos fue corto, guardo en mi corazón los momentos que compartimos. Recuerdo cómo, en tan poco tiempo, nos acogiste y trataste como parte de tu familia, a mi hermano y a mí, mientras estábamos lejos de nuestro hogar. También recuerdo aquella vez, cuando jugábamos a la pelota en la playa, que mi hermano Pepe te provocó una lesión, y cómo lo tomaste con tanto humor. Y, por supuesto, ese día en que me invitaste a probar uno de tus ajís mientras comíamos cazuela con mis primos Joanna y Jean Claude. ¡Nunca olvidaré ese picor que me quemó hasta el alma! Y tú, disfrutando de mi reacción y mi boca hinchada, mientras comías ají tras ají como si fueran papas fritas, sin que te afectara en lo más mínimo.

Esos momentos llenos de risas y buenos tiempos siempre estarán conmigo. Sé que donde quiera que estés, seguirás siendo la misma persona alegre y acogedora que conocimos.

A Jean Claude, a Joanna, a su yerno, a tus nietos y, en especial, a mi querida Tía Nancy, les deseamos mucha fuerza, amor y resiliencia en este momento tan doloroso. Nuestro más sincero deseo es que, a pesar de este inmenso dolor, mi Tía Nancy sea capaz de sobreponerse, encontrar su camino y seguir adelante con la fortaleza que siempre ha demostrado. Estoy seguro de que el amor que compartieron los acompañará y les dará paz en los días venideros.

Te quiero mucho y siempre te llevaré en mi corazón.

Con todo nuestro cariño,
Mi señora Karol, mis hijos Andres, Luisa y Mayrita, Mis padres Alberto y Anita María, mis hermanos, toda tu familia chilena, y tu sobrino Raulito.